“Migrant Motel, entre la rutina y la magia de crear música” | Entrevista

Entre la Ciudad de México y Los Ángeles, Migrant Motel ha construido un sonido potente y seductor: un rock alternativo que combina fuerza, groove y un toque lúdico en cada canción. Sus temas fusionan la energía del rock clásico con una producción contemporánea, dando como resultado canciones pegajosas, melódicas, poderosas y sensuales; un equilibrio perfecto entre lo orgánico y lo electrónico, entre el rock y el pop alternativo. Tuvimos la oportunidad de conversar con Chava Ilizaliturri, baterista del dúo, para adentrarnos en su proceso creativo y descubrir cómo cada idea se transforma en el sonido distintivo que define al proyecto.

¿Cada vez que lanzas una nueva canción o sencillo, ¿Sientes todavía esa emoción de los inicios o se ha vuelto algo más rutinario con el tiempo?

CHAVA: Creo que un poco de los dos. O sea, nosotros llevamos adaptándonos ya por un tiempo, entendiendo cómo funciona la industria de la música, cuáles son sus requisitos. Y la realidad es que hoy día, digamos que una regla “no escrita” es que las bandas tienen que también apegarse a esta exigencia de lanzar la mayor cantidad de música posible. Afortunadamente, nosotros somos una banda que tenemos las herramientas y, pues, también la habilidad para sacar tanta música.

Sí se ha vuelto rutinario, y sí, no es la sensación más agradable saber que algo es tan mecánico; saber que, así como ya tenemos la música de este viernes, ya tenemos la del mes que sigue, y que ya funcionamos en ese modelo que se siente como una fábrica. No es necesariamente negativo; siempre nos hemos considerado el grupo que somos: David, que es el cantante y también compositor; Peter, que no sale en las fotos pero es productor y también participa en la composición; y yo. Siempre nos hemos considerado como una fábrica de música. Nos gusta escribir mucho, nos gusta mucho hacer canciones; o sea, la sensación de hacer y soltar una nueva canción siempre es emocionante, siempre es bonito sacar música nueva y, dependiendo del mensaje de cada canción, ¿no?

Pero no te equivocas al preguntar si se siente ya también muy rutinario. Sí, se siente muy mecánico; es algo que toca hacer como artistas si es que queremos tener relevancia, si es que queremos avanzar en nuestras carreras, si es que nos tomamos esto como un negocio.

Entonces, pues, es un poco de los dos. Yo prefiero ver el vaso medio lleno en ese sentido; o sea, siempre estoy agradecido de que tengo la oportunidad de componer y hacer música con mis amigos y con otros grandes talentos. Este año no sacamos música mes con mes porque tuvimos que parar por cuestiones burocráticas de distribución, pero en cuanto eso fue solucionado, pues ya pudimos volver a la rutina de sacar música mes con mes, y es básicamente lo que tenemos planeado hacer de aquí a que no sea posible, ¿sabes?

¿Qué factores los llevaron a establecer esa dinámica de trabajo a distancia, como parte de dividir el proyecto en México y otra en Estados Unidos?

CHAVA: O sea, somos de diferentes ciudades, sin lugar a duda. Nos conocimos en la universidad, estudiamos en Berkeley, y, pues, yo regresé a México en 2017. Lo hice por una combinación de necesidad y de gusto. O sea, yo en parte quería regresar; tenía muchas ganas de ser parte de lo que yo veía en la escena en ese momento.

Regresé por ahí en 2017, 2018… no recuerdo, y estaban pasando cosas bien padres, bien interesantes. Creo que no han dejado de pasar; pasan más aún, pero creo que estaba una escena muy efervescente que hoy día ya está consolidada en algunas bandas. O sea, apenas empezaban los RubyTates, los Odisseo, los Sierra León, los Mesoneros… o sea, había cosas muy chidas y yo quería ser parte de eso.

Pero también me regresé porque se acabó mi permiso de trabajo allá. Mi permiso estaba en Estados Unidos; yo vivía en Los Ángeles con David y con Peter, y mientras estábamos allá estábamos tocando muchísimo y logramos cosas bien padres. Tocábamos, no te miento, en un periodo de como seis meses, cada dos semanas… cada semana crecimos mucho. Pero tuve que regresar, y aun así la banda, pues, siguió haciendo las cosas a distancia, porque ya a lo mejor algo que hoy en 2025 es muy usual —que todo se puede hacer con la computadora— todavía no se entendía cómo hacíamos nosotros las cosas, cómo es que trabajamos a distancia.

Pero lo llevamos haciendo desde 2018; o sea, trabajando cada quien en su computadora, cada quien en su estudio. A lo mejor David y Peter, en su momento, vivieron aún en Los Ángeles por un tiempo, y luego Peter regresó a Noruega. Entonces, somos una banda que se ha sabido adaptar, y gracias a la tecnología hemos podido funcionar así.

En comparación con los lanzamientos del año pasado, ¿Qué cambios o evoluciones destacarías en el sonido o la propuesta actual de la banda?

CHAVA: Muchas de estas canciones que van saliendo, que van a salir, que han salido, son canciones que ya llevábamos. Son demos que se han trabajado incluso desde hace más de cinco, seis, siete años; o sea, son ideas que no son necesariamente nuevas. Algunas sí, algunas no.

La evolución como artistas la hemos tenido con el tiempo; o sea, hemos aprendido a producir mejor, hemos aprendido a trabajar mejor en conjunto. Por mi parte, pues, yo soy el encargado de la lírica ahora en español. Entonces, no es que no supiera escribir, pero, pues, me adapté a quitarme, a lo mejor, una barrera de enfrente; o sea, aventarme a hacer algo que era lírica. Compuse parte en ese sentido.

¿Cómo comenzó tu relación con la batería? ¿Fue tu primer acercamiento a la música o hubo otros instrumentos antes que marcaron tu camino?

CHAVA: No, yo no empecé con la batería; empecé con la guitarra. Y empecé con la guitarra hace muchos años. Empecé en la secundaria… bueno, no, sí, ya tengo 33 años; empecé hace 20 años, un poquito más. Y, pues, empecé porque quería ser un niño en una banda, o sea, y porque todos estábamos en esa época de MTV muy mágica, en donde veías a Alisson, veías a Pxnda, veías a Zoé, veías a los Red Hot Chili Peppers y veías a Blink. No sé… veías muchas cosas que eran muy aspiracionales, y, pues, entre mis amigos y yo hacíamos bandas, pero todos queríamos tocar la guitarra. Y en esa época, pues, a mí la banda que más me gustaba era Blink.

Me gustaba mucho el happy punk, me gustaban esas cosas. Y, pues, me pareció desde un punto de vista superficial que el otro instrumento que era cool, como para un niño querer resaltar en una banda, era la batería. El bajo ni sonaba; era como que… bueno, o sea, sí suena hoy día, pero no era un instrumento atractivo en ese entonces para quien fuera un músico, pues más por lo que representaba ser parte de una banda o de una clica que realmente por lo que es el instrumento.

Entonces, pues, empecé yo con mis deditos, mis plumas, empecé a practicar coordinación y, pues, me resultó real; o sea, me resultó familiar, lo pude hacer. Tocando con mis amigos, yo me volví el baterista. Pero desde temprana edad fui una persona muy exigente conmigo mismo, entendiendo que yo sí pensaba y tenía la idea —y la sigo teniendo ya a mis 33 años— de que si uno se esfuerza y de verdad hace las cosas con disciplina, puede llegar a algún lugar. Mis compañeros en ese entonces no; era su diversión y tal. Y yo fui saltando de banditas en banditas en Satélite, sin muchos logros, pero siguiendo, tocando hasta que yo decidí querer ser músico.

Hoy en día, ¿Qué tanto peso crees que tienen los videoclips para una banda? ¿Sientes que siguen siendo clave para conectar con la gente o ya no tienen el mismo impacto?

CHAVA: Depende de la banda. Diría que ya no es relevante como lo era antes, a menos de que seas un proyecto de cierto calibre y —me refiero a un calibre alto—. Vivimos en la era de lo supervisual, pero hoy día es más importante el contenido que el video. Y hacer videos es caro, y hemos tenido formas de pagar por esos videos, por algunos de ellos, como Bad Machine o Different Kind of Leather, que son videos con un buen nivel de producción.

Hoy en día nosotros ya no hacemos videos; hacemos visualizers, hacemos contenido. Y, pues, yo diría que la mayoría de las bandas tienen que enfocar su presupuesto hacia hacer contenido antes que hacer un video musical de alta gama. Obviamente, si alguien se pone creativo, puede hacer un video con el celular; o sea, todo está allá en cómo manejes tus herramientas. Y la verdad es que hoy día se han acortado mucho las distancias entre lo que es equipo caro para hacer algo de esa magnitud y el equipo pequeño para hacer algo que también se puede ver muy bien.

Entonces, lo visual yo creo que cada vez es más importante. Hoy día incluso, pues, a los artistas se nos dice que debemos pensar en el contenido antes que en la música, lo cual me parece muy triste, pero pues lo entiendo. No es nuestro caso, pero ya como tal un video musical, pues, creo que hoy es más como para las grandes estrellas. O sea, obviamente, ¿no?, porque tienen una audiencia a quien ya va a llegar ese video automáticamente y no van a tener que hacer algo caro para ver a quién le llega, ¿sabes?

A lo largo de su trayectoria, ¿Cuáles consideras que han sido los mayores retos y las mayores satisfacciones, tanto con la banda, como en tu desarrollo personal dentro de la industria musical?

CHAVA: Gratificante muchas cosas. Gratificante que me puedo dedicar… o sea, que me he ganado la vida en el ambiente de la música; a veces produciendo, a veces mi banda me ha pagado la renta, lo cual es un gran orgullo. Y también, pues, es mucha… o sea, el resto me lo gano en desarrollo artístico, ¿no? Trabajando con otras bandas, en relaciones públicas. Me he podido consolidar y he podido hacer una carrera en la música, y eso para mí es un gran logro, ¿no?, personalmente hablando.

En la banda, pues, mi gran… mi mayor sueño, lo que te dije: como niño siempre quise ser un niño en una banda, y llevo siendo por ya 10 años un niño en una banda, y sigo siendo un niño en una banda. Y, pues, eso siempre me va a generar un gran, un gran orgullo. O sea, mi mayor sueño lo logré, ya lo logré.

Sí podemos querer más y trabajamos por hacer más, pero el sueño que tenía de niño ya lo logré. Eso es gratificante. Ver que hay gente que nos escribe por redes sociales cuando ponemos algo y nos dice que tal canción le hizo el día, que tal canción no la dejan de escuchar, que tal canción le ayuda en un momento muy difícil… eso es lo más gratificante que hay en este planeta. Ver que haya gente a veces esperando en un concierto que abrimos, o lo que sea, es hermoso; que alguien llegue y se quiera —y que de verdad le guste tomarse una foto contigo porque le gusta la música que haces— es muy hermoso por más pequeño que sea, ¿sabes? No somos una banda conocida ni nada, pero cuando ves a la gente que de verdad disfruta tu música es extremo. Eso es oro.

Y lo difícil… pues también es muy difícil mantenerse en este ambiente, porque es definitivamente una industria grande, pero es una industria extremadamente dispareja. Es una industria definitivamente muy injusta en ciertas cuestiones, como en todo en la vida: voraz, y no es fácil. Y, pues, obviamente, como banda nos ha costado trabajo no poder estar en el mismo lugar desde hace ya siete años, no tener presencia en una escena física. O sea, las amistades que tenemos en México en otras bandas las tenemos no porque hayamos tocado con muchas de ellas, sino porque he trabajado yo con muchas de ellas en otras cuestiones y, al final, se han enterado del proyecto que tengo.

Entonces, nos ha costado trabajo, pues, desarrollar el proyecto, la verdad.

En el lanzamiento de BETTER mencionabas algo relacionado con tu mamá. ¿Qué enseñanzas o valores de ella consideras que han sido más importantes para tu crecimiento, tanto en lo musical como en lo personal? Y, a partir de eso, ¿Qué te gustaría que la gente se lleve al escuchar esta canción —o incluso tu música en general—?

CHAVA: De mi mamá, que en paz descanse, pues de ahí salió lo musical. Mi abuelo era pianista y esa parte creativa llegó totalmente de ahí. Y en mi proceso creativo no sé… o sea, mira, la canción tiene dos vertientes; no sé, tiene una, ¿verdad?, es la canción a la transformación, al perdón y a la evolución. Y una parte es por cómo empezó siendo una canción de deconstrucción masculina, que habla —entre David y yo y las pláticas que tenemos con nuestras parejas, lo que quieras— de representar un poco ese proceso.

Pero sí, mi mamá falleció en marzo de este año y yo tuve una relación muy quebrada con ella, que al final fue sanando. Pero esta canción justamente me permitió agregar elementos de ese periodo de sanación con ella, de perdón, que puse en líneas. O sea, a lo mejor no se va a interpretar así, pero yo, cuando escucho esa canción, la escucho como una conversación entre ella y yo acerca de aceptar que hubo muchos errores de parte suya y de parte mía. Que al final, pues, ya se fue, pero lo más importante es que nos queremos.

A lo mejor tu pregunta va más hacia el sentido creativo, pero, a través de toda esta experiencia con mi mamá, pues yo lo que aprendí es a ser una mejor persona. Y aprendí a ser la persona que yo quiero ser y que soy hoy día, y que quiero ser el resto de mi vida.

Pensando en sus últimos shows, ¿Qué disfrutas más en este momento —salir al escenario o trabajar en el estudio? ¿Qué parte del proceso te llena más hoy, ya sea en retrospectiva o desde tu experiencia reciente?

CHAVA: A mí me gusta más el estudio; o sea, de hecho yo amo estar en mi computadora haciendo beats, haciendo riffs… o sea, me encanta estar en el estudio. Me gusta más que el escenario, pero, pues, estoy más acostumbrado a estar en el estudio, porque el estudio es en donde estoy tomando la entrevista. El estudio es mi laptop, mi interfaz y mis bocinas.

Y me gusta mucho componer, me gusta mucho tocar, hacer sonidos… o sea, buscar sonidos, hacer ideas, imaginarme a dónde lo va a llevar nuestro productor o a dónde puede llegar esta idea, si es que llega a un lugar. Que lo haga, pues así ha sido con mucha de nuestra música; muchas han sido ideas que, pues, me he despertado a hacer, o simplemente un día dejé de hacer lo que tenía que hacer y, no sé… me puse a tocar y salió algo que se volvió una canción. Entonces eso a mí me encanta.

El escenario, pues, obviamente es increíble. Y, pues, no sé… obviamente no hay una experiencia que pueda comparar con haber tocado en Lollapalooza. Todo eso fue mágico, fue un sueño, fue algo que incluso estaba, yo creo, más allá de lo que nos podíamos esperar en ese momento.

¿Tienen planes o interés en volver a presentarse en México en un futuro cercano?

CHAVA: David está en un proceso de que se va a mudar. Entonces yo estoy hablando con algunas agencias de booking para empezar a planear shows de una banda emergente aquí; o sea, como para empezar a tocar en foros chiquitos, en el metro, en lugares en donde nunca nos hemos presentado, y tratar de hacer justamente lo que una banda tendría que hacer para darse a conocer, o sea, empezar de cero. Empezar a tocar en lugares chiquillos, bares y cautivar público en parques, en donde sea.

Pero sí está en los planes. Lo que pasa es que, pues, todavía hay cosas por delante que tenemos que trabajar: los siguientes sencillos, que se mude, etc.

Si tuvieras que describir a Migrant Motel con una sola palabra, ¿Cuál sería? Y además, ¿Qué te gustaría que sintiera alguien que los escucha por primera vez?

CHAVA: La palabra que define a Migrant Motel es “sexy”. Creo que, a veces, define mucho lo que hacemos y es lo que siente la gente cuando escucha Migrant Motel, y lo que espero que sienta, pues, es eso. Creo que es música que te hace sentir fuerte, te hace sentir sexy, te hace sentir bien.

Creo que hay música para todo tipo de humores y estados de ánimo, y para conectar con alguna emoción que quieras conectar. Y, normalmente, la música de Migrant Motel siento que no es para sentirte triste, no es para sentirte enojado: es como para disfrutar de una u otra forma. Ya sea que disfrutes haciendo ejercicio, o pegándole un punching bag, estando en una peda, o cogiendo con tu novio o novia… o sea, es música para un momento de disfrute.

Y creo que eso es lo que queremos que sienta la gente. Digo, tenemos una que otra canción más introspectiva, como lo podría ser BETTER, pero normalmente nuestra música es para que te la pases chido. Y eso es lo que queremos: que la gente lo escuche y que esté pasando un buen rato escuchándolo.