
Uno Dos Tres: Princesa Cereza regresa más fuerza que nunca
Después del silencio, lo que queda no es solo el eco, sino la decisión de volver. Y Princesa Cereza ha vuelto. Con Uno Dos Tres, la banda yucateca marca el inicio de una nueva etapa: una formación renovada, un sonido más sólido y una visión aún más clara.
El sencillo no es simplemente un regreso, es una declaración. Princesa Cereza no quiere recuperar el terreno perdido, viene a trazar un nuevo mapa. Uno Dos Tres revela una banda más solida, más segura de su dirección estética y emocional. La canción conserva la esencia atmosférica y confesional que los caracteriza, pero ahora se siente con más cuerpo, con más intención, como si cada compás viniera desde un lugar más profundo… y más decidido.
La nueva alineación le da otra vida al proyecto. Javier n la voz aportando frescura sin romper con el corazón del proyecto: la necesidad de transformar emociones en sonido. Esta nueva estructura de Princesa Cereza no borra lo anterior, lo sublima. En medio de una escena donde los cambios suelen diluir la identidad de los proyectos, ellos hacen lo contrario: se reinventan sin perder su alma. Uno Dos Tres no solo es el primer paso de esta nueva etapa, es una muestra clara de que el arte también puede renacer más fuerte después de haberse roto.
«Uno dos tres» no solo es su nuevo sencillo, es una confesión. Con poco mas de un año de ausencia, de sentir ansiedad, frustración y miedo; esta canción surgió del silencio que muchos notaron y pocos entendimos. Al verse envueltos en una ola de controversia masiva que los paralizó como artistas provocando muchos cuestionamientos internos. “Uno dos tres” es un tema que habla de vulnerabilidad, pero también de liberación, este regreso fue para volver a encontrarse con lo que les gusta hacer y ahora sin miedo de por medio.
Luchamos contra la presión interna de seguir, contra la crítica constante y contra nuestra propia mente, de ahi viene la frase: “Y estoy cayendo sobre un túnel sin control, me despedazo en mil pedazos…”. Esa fue nuestra realidad, la ansiedad se volvió parte del día a día, al punto de replantearnos si seguir haciendo música era sano, y el coro retrata este colapso emocional: “uno dos tres ya no quiero ceder, cuatro cinco seis no me quiero perder, siete ocho nueve ya no tengo poder, diez once doce meses yo me encerré.”. Pero también hubo un punto de quiebre y fue el momento en que decidimos no rendirnos, que había algo más fuerte dentro que nos impulsaba a volver: “quiero vencer el juego, domar el miedo, y volver a cantar.”