Respuesta a las críticas negativas de «Bardo»

Después del estreno de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022), en el Festival Internacional de Cine de Venecia y a finales del año 2022 en Netflix, las apreciaciones y críticas se comenzaron a manifestar. Alejandro González Iñárritu parece que no hace tanto ruido en contra o a favor de ellas; hace muy bien. Pero, nosotros vamos a responder, en sustancia, a esas críticas negativas que ha recibido esta obra.   

Antes de abordar el tema, tenemos que hacer una brevísima sinopsis de la historia de Bardo para los que no hayan visto la película. Este largometraje nos narra la historia de un periodista y documentalista mexicano que tuvo que emigrar, hace décadas, a Estados Unidos para buscar un mejor futuro en su labor periodística y de su familia. Debido a su último documental, tuvo que regresar a México y enfrentarse a una serie de reflexiones vitales que le provoca ese reencuentro con su país de origen.  

De ahí, la mayoría de los críticos coinciden que esta obra es completamente autobiográfica. La historia de Silverio Gama, protagonista de la película e interpretado por Daniel Giménez Cacho, es similar a la historia de vida de Alejandro González Iñárritu sobre su proceso de emigrar a otro país por cuestiones laborales. Sin embargo, nosotros consideramos que va más allá de un paralelismo con la historia de vida de Iñárritu; es más profundo.  

En todo caso, las cuestiones autobiográficas no hablan solo de yo de nuestro director, del ich romántico alemán como autoconciencia, individual. Mejor dicho, Bardo expone reflexiones de toda una tradición popular e histórica. Partiendo de esta premisa, la obra debe tomarse en serio para su análisis, aunque paradójicamente el mismo Alejandro ha dicho que Bardo no es para racionalizarse, sino para experimentar emociones.  

Póster oficial de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022)

Las críticas negativas sobre Bardo 

Casi todas las criticas negativas sobre Bardo coinciden en dos cosas muy contrarias para nuestra respuesta y análisis. Primeramente, estas críticas no hacen un análisis holístico de la forma y contenido cinematográfico. Segundo, utilizan enfoques europeos o norteamericanos que se alejan diametralmente de la tradición estética mexicana. Es decir, con esto no queremos decir que quien no sea mexicano o latinoamericano le será imposible apreciar la belleza de Bardo, sino que debe (éticamente) preguntar desde la humildad: ¿quién eres, Alejandro?  

Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022). Cortesía: Netflix 

Detengamonos un momento en esta pregunta sugerida. La producción estética mexicana es una tradicion que tiene origen en los pueblos originarios y estos, a su vez, expresan símbolos colectivos. Iñárritu, en esta obra, no habla de su vida como un individuo aislado de la colectividad, sino expresa sustancialmente un universo de la mexicanidad y de sus saberes populares. Eso solo lo pudimos comprender con la pregunta a la alteridad: ¿quién eres?   

La crítica, en el diario El Mundo, de Luis Méndez (2022) explica su interpretación desde la mitología griega (Mito de Narciso). Para Méndez, Iñárritu “se cae, se atraganta de sí mismo y, finalmente, se ahoga”. Es decir, su enfoque de análisis es anacrónico e incoherente a un contenido de símbolos mexicanos explícitos. Además, no logra si quiera analizar superficialmente que Bardo contiene significados de la mexicanidad, no de una yoidad que no es parte de la tradición mexicana. 

Por otro lado, Ezequiel Boetti (2022) de Pagina 12 sostiene, en su análisis, que Bardo tiene “recreaciones de batallas entre mexicanos y estadounidenses y varios intentos burdos por señalar que el mundo se está yendo a la mierda”. Este análisis a medias expresa una falta de preparación seria en su crítica. Boetti no se ha enterado obviamente que es una secuencia que representa el episodio trágico de la Intervención estadounidense en México, en 1846, y de la consecuencia geoestratégica y neocolonial norteamericana de la anexión de más de la mitad del territorio mexicano, pero que la mexicanidad la reconstruye en una epopeya mágica y popular.   

Por otro lado, Santiago García (2022) de la Revista LeerCine, afirma que las imágenes e ideas de Bardo “parecen sacadas de otra película, una mejor, aunque menos parecida al mundo de su director”. ¿Cuáles son esas creaciones para este autor? Él dice que son las obras de Federico Fellini, Ingmar Bergman, Bob Fosse o Woody Allen. Le proponemos un ejercicio dialéctico a Santiago García: ¿cuál es la relación de la estética en la obra de Bardo con las obras de los cineastas europeos o norteamericanos que menciona usted? ¿No cree que la estética de Bardo está sostenida más bien en los cimientos mexicanos de un realismo mágico de Juan Rulfo o de las imágenes oníricas de la colombianidad de un Gabriel García Márquez?   

Serie de fotografías tomadas publicadas en el libro 100 Fotografías de Juan Rulfo de Andrew Dempsey (2010). Además de ser uno de los máximos representantes de la literatura mexicana y latinoamericana, Juan Rulfo hizo una extensa obra fotográfica. 

Hacia una nueva crítica cinematográfica  

Todos somos producto de una historia y nuestra cultura está llena de esas capas coyunturales.  En este sentido, nuestra postura plantea que debemos, por ética y estética, construir críticas que estén bien sustentadas a la hora de hacer un análisis cinematográfico de películas ajenas a nuestra tradición cultural. Si analizamos, por ejemplo, la obra de Abbas Kiarostami, debemos entrar en las entrañas de la historia de un cineasta iraní que vivió el Irán del Sha y produjo la mayoría de su obra en la República Islámica de Irán.

Con esto queremos decir que, como críticos o estetas, hagamos el esfuerzo por comprender holísticamente la forma y el contenido de una obra; si no, vamos a realizar una apreciación a medias, insuficiente. Respetemos al lector. ¿Cómo vamos a ofrecer un análisis cinematográfico de una obra que representa una cultura distinta a la nuestra y ni siquiera nos tomamos la seriedad de conocer la alteridad (histórica) de esa cultura? Es decir, debemos madurar nuestras críticas si exigimos una cinematografía congruente con los creadores y las creadoras. 

Por otro lado, la forma y el contenido, no se nos olvide, son indisolubles en el análisis cinematográfico. No podemos analizar solamente la belleza fotográfica, los recursos técnicos y estilísticos, y el contenido filosófico dejarlo a un lado como si fuera algo secundario en la obra. Por eso, debemos construir un análisis solido que cubra lo mejor posible el contenido, la forma, y el estilo que representa la obra del realizador. Esa es una premisa para el encuentro con la alteridad del otro cinematográfico. No le fallemos al lector, a nuestra ética y al respeto del infinito de estéticas posibles.

Bibliografía 

Boetti, E. (2022). «Bardo», o el director en su laberinto: Autorretrato del mexicano Alejandro González Iñarritu. Pagina 12. Se puede encontrar en: «Bardo», o el director en su laberinto | Autorretrato del mexicano Alejandro González Iñárritu | Página12 (pagina12.com.ar) 

García, S. (2022). Critica de Bardo, Falsa Crónica De Una Cuantas Verdades. LeerCine. Se puede encontrar en: Bardo, falsa crónica de una cuantas verdades – LeerCine 

Kiarostami, A. (2007). Fotografía y naturaleza. El Poeta y su Trabajo, Núm. 26. Se puede encontrar en: Fotografía y naturaleza (unl.edu.ar) 

Martínez, L. (2022). Iñárritu se atraganta de sí mismo en ‘Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades’. Cine (elmundo.es) de El Mundo. Se puede encontrar en: Iñárritu se atraganta de sí mismo en ‘Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades’ | Cine (elmundo.es) 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *