De paso cansado, apoyado en su bastón y cargando su mochila con recelo, es muy  común ver a Don J. Guadalupe Torres Ontiveros.

Oriundo de San Pablo, ejido perteneciente a la cabecera municipal de San Pedro, Coahuila.  Su día a día trata de una ajetreada rutina que se desarrolla en un  sube y baja del  transporte público de un autobús a otro Interpretando canciones y corridos de su propia autoría  para ganarse el pan de cada día. Sin duda, la educación y humildad son características que atildan la personalidad de éste gran hombre, famoso entre aquellos que día tras día se levantan desde temprano a laborar o  cumplir con sus estudios.

Jefe de familia y padre de dos hijos, Don Guadalupe nos cuenta un poco de los suyos, vivencias y desventuras que la vida le ha dejado. Con voz  quebrada y apacible nos comparte que sus inicios se dieron trabajando en el campo hasta la edad de 31 años, labor que abandonó debido a que su salud se vio afectada por la ruptura de una de sus vértebras, situación que ameritó una visita al quirófano, la cual lo puso bajo tratamiento y reposo por un tiempo; sin embargo, la necesidad  lo obligó a romper desesperadamente con las indicaciones médicas, trayendo consigo una evidente deficiencia al caminar.

“Mis niños no tenían para ir a la escuela, mi hija tenía que tomar camión y en ocasiones mi esposa le completaba el pasaje con veintitos y monedas chiquitas, porque no teníamos para el estudio de los dos.”

Con gran sacrificio pudo cumplir con esa gran tarea como jefe de familia. Rosita, su hija logró concluir la carrera en enfermería y es ella quien le ayuda con los cuidados de su madre, de igual manera su hijo también los frecuenta y está al pendiente de ellos. Por su parte Don J. Guadalupe; entusiasta y sonriente,  día a día lleva en su cantar la historia de grandes personajes y sus hazañas a oídos de los laguneros, siendo esta noble  labor la manera más honrada de ganarse la vida.

“Ahí vamos enfrentándonos a la vida para salir adelante en lo que el destino nos depare. No queda más que echarle ganas.”

Los gajes del oficio

El trabajo del Señor Guadalupe se torna complicado, sus condiciones de salud en ocasiones merman su desfilar de camión en camión. A cuestas carga el martirio de su columna y la hipertensión que se ha vuelto su compañera de trabajo pero pesar de lo difícil que es lidiar con esto, Don Guadalupe siempre tiene una gran sonrisa para compartir y un buen corrido para amenizar la jornada matutina o el cansado regreso a casa de quien aborda un “Torreón-San Pedro” o un “Torreón-Madero”

“En una ocasión al subir a un camión, el chofer manejaba muy rápido y en una frenada repentina me caí, afortunadamente no pasó a mayores y la gente me ayudó a levantarme”

La inquietud por escribir

Cuenta el Sr. Guadalupe que aproximadamente desde el 74’ comenzó su gusto por el canto y la composición haciéndolo líricamente, luego en el 77’ tuvo la oportunidad de realizar un pequeño trabajo profesional en “Los Estudios Cadena”  en la Ciudad de Monterrey, N.L. donde grabó un sencillo que incluía un corrido y una canción ranchera de su autoría, estos temas los grabó acompañado del grupo que en aquel entonces acompañaba a Lorenzo de Monteclaro.

Material que es posible encontrar en YouTube. Los temas llevan por nombre “Boda y Crimen” (Interpretado por el conjunto de Rogelio Gutiérrez) y “Presa del Palmito” este ultimo cuenta la historia de aquella vez que la presa estuvo a punto del desborde, siendo estos los temas que plasmó en aquella grabación.

Luego de esto llegó una etapa de frustración y el desánimo se hizo presente, las circunstancias impedían que esto se diera, ejemplo de ello eran los gastos que implicaba adquirir vestuarios y la falta de organización, lo que truncó sus ganas de triunfar en la música. Al cabo de éste bache en su carrera, consiguió un poco de dinero y grabó otros temas con Los Atómicos de Monterrey“Una cumbia y una Chicanita” . Menciona don Guadalupe, material que no se logró consolidar debido a los altos costos del estudio musical, “Me pedían más dinero y no contaba con lo suficiente”.

“A veces uno no toma las cosas tan en serio y me regresé para el rancho y nada más esas grabaciones hice”

¿A quién le canta?

Don Guadalupe suele cantarle a personas humildes, profesionistas, políticos e incluso deportistas. Su repertorio letrístico es tan amplio que en él se han escrito versos para grandes personajes del fútbol Lagunero como Jared Borgetti y Oswaldo Sánchez sin faltar esa “oda heroica” que tomó inspiración en el reciente campeonato del Club Santos Laguna. No menos importantes han sido otros corridos que con gran mérito se han ganado grandiosas boxeadoras laguneras como la gomezpalatina  Yazmín “La Rusita” Rivas y la sampetrina Jennifer “La Brava” Carrillo, medallista en  los Juegos olímpicos de la juventud  de Buenos Aires 2018.

“En ocasiones me arrimo a las afueras del Estadio y el guardia me dice : Ahí viene tal jugador y les hace la parada al salir para que yo les cante sus corridos”

La habilidad de Don Guadalupe es muy peculiar pues escribir versos al instante cundo llega la inspiración es algo que lo caracteriza. Cuenta que cuando recibían a La Brava Carrillo en la plaza de armas de San Pedro luego de los juegos olímpicos, se acercó atraído por la curiosidad, al saber de qué se trataba, sacó su libreta y escribió un par de versos, con respeto se los mostró a su padre y le pidió  permiso de entonarlos. “En cuestión de minutos me acoplé con un mariachi que ahí estaba y le cantamos a la Bravita”.

Inspiración

La inspiración de sus corridos siempre se hace presente y ésta va desde algún acontecimiento de interés hasta odiseas deportivas, un ejemplo de ello ha sido  la Muerte de Juan Gabriel, el triunfo de nuestro actual presidente, logros futbolísticos y hasta los gustos personales de este juglar urbano como son:  José Alfredo Jiménez, Joan Sebastián, Cornelio Reyna  entre otros. “Aquí los traigo, un poco maltratados pero aquí los traigo esos corriditos”  y así va Don Guadalupe de aquí para allá, custodiando aquella vieja libreta donde ha plasmado solemnes  versos, que  a su vez custodian su exhausto andar por los caminos de Torreón a San Pedro.

Así es La vida de éste hombre a quién decidí llamar “El Juglar de San Pablo” luego de tener el honor de conocerle y compartir una buena charla. Todo  un ejemplo de trabajo y lucha que no conoce la adversidad por más presente que esté. Un hombre de fe, lleno de bondad y  gran humildad que sueña con que su obra sea reconocida,  anhelando el  momento de poder registrar sus temas, que su autoría sea respetada y que sus corridos lleguen más allá de la Comarca Lagunera a través de otros intérpretes.

 

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