¡Los muertos vivientes llamando a Londres!

07 de febrero: Día Internacional de The Clash.

En la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra no dejó de atender diversidad de problemas sociales que les aquejaron: discriminación, inseguridad, violencia y desempleo; que fungieron como resultado del lento crecimiento económico durante los setenta. Tanto se hablaba de un mundo dominado por el conformismo, que un puñado de músicos británicos emergió para que, mediante su música, se pudieran gritar los actos de corrupción, la demagogia, repudiar el crimen y señalar las injusticias se habían convertido en una constante de la sociedad británica.

The Clash nace gracias a un cuarteto de jóvenes veinteañeros, con ánimos de golpear y gritar -a través de su música- la realidad que tanto les aquejaba, no sólo a ellos, sino al mundo entero.

Joe Strummer, Mick Jones, Paul Simonon y Topper Headon, no eran solo una banda musical; eran activistas con guitarras, pues través de su música y sus letras cuestionaron el poder establecido, desafiaron la autoridad y nunca se callaron frente a la opresión. Se involucraron en movimientos sociales, apoyaron causas humanitarias y alzaron la voz por los que no tenían voz, desde conciertos benéficos hasta campañas de concienciación, siempre estuvieron del lado de los oprimidos.

Desde sus primeros días en las calles londinenses, hasta sus legendarios conciertos como aquel en el Shea Stadium, The Clash fue una banda identificada por canciones llenas de rabia y energía. Entonces encontramos temas como Rock the Casbah o Shloud I Stay or Should I Go, que durante la época se convirtieron en himnos para una generación que anhelaba un cambio.

Pese a ser el icono por excelencia de la primera ola del punk a nivel mundial, fue la principal agrupación en incluir ritmos jamaiquinos a su repertorio. El álbum London Calling – que es considerado su mayor obra- está conformado por temas que incluyen sonidos derivados del ska, el soul, dub y el reggae. Al igual que el sencillo homónimo London Calling, en todas sus canciones abordan la crudeza y el miedo constante en el que vivió la sociedad inglesa durante esa época: conflictos raciales, cambio climático, la Guerra Fría y el uso de las drogas, por mencionar algunos. Las canciones del punk como Spanish Bombs, The guns of Brixton o Revolution Rock mostraban un fuerte vínculo con el ska de los rude boys por lo que este género se vivificó. Así, en el año de 1979, con la aparición de la canción Rudie Can´t Fail se abría nuevamente la puerta al ska y los rude boys.

The Clash fue una muestra sólida de integridad y obstinada negativa a ceder; lograron mantener la coherencia entre su discurso y la realidad mediática que tras ocho años los rebasó. Posteriormente sus integrantes realizaron proyectos por separado, sin embargo, nada fue igual; la magia de The Clash ha sido irrepetible.

Con su música, su discurso y su consigna social, esta banda continúa siendo una inspiración para aquellos que se atreven a desafiar el statu quo y luchar por un mundo mejor. Es por ello que partir del 07 de febrero del 2013, se conmemora el Día Internacional de The Clash. Un día que a través de la música celebra la rebeldía en todas sus formas. Es un recordatorio de que la música puede ser más que solo entretenimiento: puede ser un llamado a la acción, una voz para los marginados y una chispa que enciende la revolución.

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